martes, 23 de junio de 2015

Saturno

"La función de Saturno, entonces, parece obvia. Uno ve con claridad que es absolutamente necesaria e imprescindible... Como función, es obvio que esta es una energía impersonal por excelencia. Es el movimiento mismo de los astros... En realidad, es un movimiento impersonal, ordenado, pero nosotros, los seres humanos, ante estos movimientos objetivos, los tomamos de un modo personal. Así, hay en nosotros una suerte de animismo básico, idéntico al del bebé que empieza a gatear, se lleva por delante la pata de la mesa y dice " ¡mala, la mesa!"... Es decir, al personalizar lo impersonal, esto va a aparecer como algo frío, autoritario y malo, que " no me tiene en cuenta..." Esto es lo real: Saturno no tiene en cuenta lo subjetivo y personal. No se trata de que el Universo haya creado la muerte "para uno", sino que, en el orden de las cosas, el Universo cuenta con la muerte... En Saturno tomamos contacto con leyes que trascienden a todo deseo de la parte. Si el deseo de la parte no coincide con la ley, entonces no podrá ser satisfecho... La función de Saturno es el límite..."
(Carutti)

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