martes, 21 de abril de 2015

Carutti sobre la correspondencia entre el campo energético, la polarización y el psiquismo (2a parte)




Toltecayotl, pintura de Juan Rios (Ce Acatl) en su serie dedicada a Don Juan


"(....) Cuanto más se estabiliza la estructura en una cierta identidad, tanto más el resto del campo energético reitera la vibración excluída que, entonces, aparece como destino recurrente. Eso sucede así porque esa energía- que es demasiado potente y oscura para la conciencia inmadura- tiene que estar en mi mundo. El mandala, justamente, nos da la posibilidad de resignificar ese vínculo recurrente, ese destino.
Es decir, cuanto más polarizado estoy, más presencia masiva  necesito, a través de otros, de la energía que yo excluyo. Esta es la  homeostasis del sistema. Lo que aun no está recorrido e integrado en mí, tiene que estar afectándome fuera de mí.
La ecuación que necesitamos involucra identificación y rechazo (destino). De acuerdo con esa identificación, uno puede conocer su destino, no porque uno sepa el destino de esa persona- en el sentido de que esté escrito en algún lado- sino porque la estructura de ese campo energético se ordenará de esa manera, inevitablemente.(....)
Lo que estoy diciendo, en otro lenguaje, es que durante todo el despliegue de una vida,-desde el bebé, pasando por el adulto, y llegando al final- está presente una vibración, lo que es, lo que soy. Eso está presente, eso vive, eso vibra, eso genera, y en eso- por tanto- yo voy creciendo y decreciendo. Que capacidad de apertura tiene ese cuerpo a esa matriz vibratoria, es toda la cuestión.
Lo que crece identificado -el yo, la personalidad, lo que yo creo ser- puede estar rechazando sistemáticamente lo que profunda e íntimamente soy, eso que siempre está. Pero también puede ir abriéndose y tomando contacto y dejándose abrir, porque eso siempre está. A esta presencia pueden llamarla como quieran. Lo cierto es que hay una presencia energética, hay algo que está presente desde el principio y que, de alguna manera, es recurrente e integrado. Y hay algo a lo que llamo yo,  que va creciendo y desarrollándose dentro de ese campo energético, pero al mismo tiempo va cerrándose a ese campo. Es decir, habrá una pulsación que surge  de ese cerrarse para estabilizar, y abrirse para incorporar. Hay un ritmo, un pulso, hasta que -eventualmente- el cuerpo en sus vínculos pueda expresar lo que la energía es. (....)
Podemos establecer una ecuación: la energía real (Si Mismo vincular) es la autoconciencia (identificación), más lo que se vive como destino. En este sentido, si yo comprendo con qué aspectos y niveles de la carta natal se ha producido la identificación de la conciencia, se me aparece de inmediato la dirección del destino de una persona: es decir, la trama de experiencias que permiten la reabsorción de lo excluído, que retorna cíclicamente.(....)
El tema básico aquí es advertir el miedo del sí-mismo psicológico al Si-Mismo energético. Tenemos que llegar a percibir que, de una manera u otra, todos estamos asustados de nosotros mismos. 
Liberar nuestra energía nos aterroriza, porque es de un volumen y de una intensidad que, desde el principio, hubo que contraer. Así es como nosotros- por hábito- no liberamos lo que somos, sino que contraemos lo que somos. En el mismo momento en el que uno libera un poco de uno mismo, el otro polo se asusta y comienza a homogeneizar, y esto no lo hacemos individualmente sino colectivamente. La sustancia de la Tierra es una trama vincular que hace esto, y sobre esta sustancia polarizada se constela el Cielo".


Extracto de Ascendentes en Astrología, de Eugenio Carutti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario