miércoles, 8 de abril de 2015

Dos formas de hacer Astrología




Autor desconocido

A nivel simbólico y arquetípico,  el lenguaje astrológico no puede estudiarse, solo aprehenderse con h. A nivel psicológico el lenguaje astrológico es como cualquier otro: se aprende (sin h) hablando. Al principio uno no entiende ni papa porque escucha, mira e interpreta de una forma estática y bidimensional, con la cabeza llena de datos que no sabe aplicar. Luego, en algún punto, el oído se abre, los ojos ven y las dos dimensiones se abren a la profundidad y dinamismo que hay en los símbolos y sobre todo en aquello que da singularidad y dinamismo a cualquier carta: sus aspectos y relaciones. 

Hay dos formas de hacer astrología. Una es forzar y falsear la interpretación repitiendo y generalizando (y por tanto descontextualizando) fórmulas y tópicos sin sentido. Otra es zambullirse corporalmente en una carta y dejar que su profundidad y dinamismo nos lleve y nos sumerja, como la corriente de un río, mientras nos muestra y nos descubre la infinita complejidad de cada alma humana. 
Hay que zambullirse sin miedo. Al principio uno traga bastante agua y en algún punto quiere forzar y falsear una salida. Pero poco a poco se aprende a confiar en la corriente y uno se convierte no sólo en el asombrado espectador sino en el narrador de lo que sucede, que gana habilidad de comprensión y comunicación cuanto más confía.

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