jueves, 16 de abril de 2015

Sobre el futuro de la Astrología


Autor no especificado

No he podido evitar, después de leer el impresionante post de Amelia de Sola sobre Carutti y la revolución copernicacana en la Astrología, ponerme a  reflexionar sobre el futuro, mas bien, los futuros (siempre son varios) de la astrología. Sus muchas posibilidades y futurables. Pero antes, convendría hacer un poco de recapitulación partiendo del punto central del post de  Amelia de Sola sobre Carutti. La labor esencial de la Astrología ha sido siempre descentrar al hombre. Es decir, recordarle que dentro las leyes de interacción del universo, donde lo que es abajo es arriba y viceversa, él es sólo una manifestación del todo.  Por supuesto,  no es la única disciplina que lo hace, pero si, de todas las ramas del esoterismo,  la que, gracias a su amplio origen (desde siempre se ha hecho astrología en todas partes) ha logrado,  por así decirlo, mas difusión, No sólo por su aspecto predictivo (la astrología predictiva sigue basándose en estas leyes  o principios de correspondencia) sino, sobre todo, porque el lenguaje astrológico moviliza y se dirige hacia la dimensión mas arquetípica del hombre. 

Siguiendo a Jung, toda disciplina que se mueva en el ámbito de lo arquetípico necesita encontrar una forma de regular la relación entre la fragilidad del psiquismo y el poder que contienen estos mismos arquetipos. Caso contrario, se corre el riesgo de la que psique sea poseída por los contenidos del inconsciente y las competencias de cada ámbito (lo arquetípico y lo psicológico) se mezclen indiscriminadamente. La competencia de lo arquetípico es inspirar, amplificar la lente en la que se sitúa el psiquismo, desde ciertos modos energéticos que siguen ciertos ciclos de transformación. La función del psiquismo es obrar en el mundo y llevar a la materia esta energía, con el fin de transformarla. Lo arquetípico es siempre un molde, una forma de la energía, un patrón. El psiquismo es mas bien un tejido sutil y delicado, una esponja que hace de puente entre lo de arriba y lo de abajo, que se empapa de ciertos patrones para licuarlos después sobre el mundo de cierta forma, que casi siempre corresponde con ese patrón. Diferenciar la labor de cada uno, y entrenar la capacidad de relación entre el yo y el inconsciente debería ser materia obligada para cualquier persona que se ponga a estudiar astrología o cualquier otro tipo de saber esotérico. 

Autor no especificado
Desafortunadamente esto no es así, y la astrología termina por cristalizarse en enfoques que caen o bien en lo arquetipico o se convierten, en palabras de Amelia de Sola, en puro psicologismo. Piscologismo significa poner estos patrones al servicio del estrecho marco perceptivo de la psique del hombre, y terminar por atribuirles "funciones fijas". Arquetipismo es ese tipo de astrología criptogámica e  incomprensible que donde tiene que tratar con lo humano se pone a hablar de lo transpersonal, o que en todo quiere ver la marca de la trascendencia cuando de lo que se trata es de que el arquetipo se encarne adecuadamente. 
No solo la astrología predictiva cae en un psicologismo o en un arquetipismo fácil y chabacano, también lo hacen muchas corrientes de la llamada astrología psicológica que voy a obviar mencionar aquí. Este mismo nombre resulta un eufemismo casi inecesario, ya que la astrología lleva haciendo psicología desde el principio de los tiempos. Es decir, atrapando el dinamismo y el poder de cualquier arquetipo en la lente psicológica. De hecho, al hacer astrología, la psicológico cristaliza siempre lo arquetípico. Lo psicológico parte siempre de cierta forma de percepción. Esa percepción corresponde siempre a cierto modo energético o arquetípico, a cierto patrón de la energía. De percibirse y de percibir el mundo, y desde esa percepción despliega todo un mundo, una interpretación, y finalmente una cristalización que es lo que llamamos psicologismo. 

El zodiaco de las revistas no es más que una popularización masiva de ese psicologismo. Pero también lo es la creencia, fomentada por los mismos astrólogos que necesitan comer de ello,  de que es posible levantar la carta natal a una persona que no sabe absolutamente nada del lenguaje astrológico, o de cualquier otra forma de lenguaje simbólico, y decirle alguna cosa que le haga sentido, fuera de unos cuantos tópicos barnizados de tecnicismos. Que a la persona que no está familiarizada con el tema le digas que tal cosa o tal otra es porque tiene el sol en trígono con urano, no creo que le valga un pimiento. Lo común de toda lectura, se haga en el contexto que se haga,  es que hay que lidar con una imposibilidad de base: no se puede ir mas deprisa que el tiempo. Esto significa que lleva años (no una hora ni dos)  reajustar la percepción al descentramiento copernicano que está en la base misma del lenguaje astrológico. Y muchos más aun incorporar este enfoque poco a poco en todas esas partes que se han enquistado en nuestra forma tan narcisista, tan leonina, tan autocentrada de relacionarnos con lo astrológico y con todo en general.


Lo que la astrología propone al nivel mas profundo es ser capaz de quitar nuestro ego de en medio (esa interfase que vive parapateada en algún lugar entre cáncer y leo) con el fin de poder ver y vivir el resto de nuestra carta.  Esto es lo que ha captado Carutti y lo que intenta compartir en la formación de casa XI. Y este es el enfoque del que Amelia de Sola ha partido para poner a Carutti al nivel de Copérnico en la Astrología. Porque realmente es una revolución copernicana, una revolución descentralizadora. Una revolución uraniana, pero  en sentido profundo, no tecnológico.
El enfoque tecnológico de lo uraniano  es otra cosa, solo una vertiente. No deja se ser cierto, pero no llega a este nivel profundo que propone la energía de Acuario, que es sencillamente, liberar y repartir la energía, en este caso, el conocimiento. 

Autor no especificado


Desde hace algún tiempo estamos asistiendo a la eclosión de cierto enfoque o forma de hacer astrología que proclama haber dado un paso más y ser capaz de modernizar la astrología con las herramientas del S.XXI. Es más, de llevar la astrología a todos los ámbitos, a través de herramientas del SXXI. No sólo a través de hologramas en 3D de la carta natal, sino de consignas traídas del mundo del coaching y  de otras vertientes de la psicología, digamos ,"resolutiva" que venden resultados rápidos y sencillos, algo que se agradece en estos tiempos, pero que no tiene en cuenta el tiempo necesario de asimilación que necesita el psiquismo humano para aprender a relacionarse correctamente con lo arquetípico. Relacionarse con lo arquetípico lleva tiempo , no porque sea amplio, sino porque es, ante todo, un modo de ser  dinámico y profundo, que se revela por capas. Lo uraniano se relaciona con un tipo de energía que no se reconoce a través de los procesos y que transmite insights o imputs de energía o conocimiento como quien saca de la chistera un conejo de la nada. Hacer este tipo de astrología a la uraniana tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Una de ellas es que puede dotar a la persona, en un tiempo record, de poderosos y valiosos insights. Pero alguien ha de seguir asumiendo la responsabilidad de guiar a la psique a relacionarse con el poder de los contenidos inconscientes, y este alguien no va a ser nunca lo uraniano, ya que Urano no toma sobre sí mismo ninguna responsabilidad,  porque en él no hay procesos. Por eso necesita trabajar conjuntamente con otros arquetipos que sí funcionan a través de la comprensión de la dimensión de la profundidad, como Saturno, Neptuno,  o Plutón. 

Basar y hacer astrología en el aspecto mas superficial (quizás mas fácil, por ser el más visible) de Urano, esto es, una astrología centrada en el aspecto tecnológico de lo uraniano, puede astrologizar el mundo, llevar la astrología a escuelas, universidades y hospitales, pero no trascender su tendencia al psicologismo. Para trascender la tendencia al psicologismo hay que hacer  no solo una astrología  a la uraniana mucho más profunda, tomando la cualidad mas profunda de Urano/Acuario, que es lo descentralizante, sino ponerla a trabajar en conjunto con cualidades complementarias de arquetipos que tienen cualidades que no tiene Urano,  pero que también se necesitan. Se necesitan porque para que el psicologismo abandone los centro de identidad mas egoicos,  necesita siempre la referencia de otro centro. Apuntar hacia ese otro centro trascendente con la sola ayuda de Urano es un suicidio astrológico de proporciones cósmicas. Ignorar el peso, la necesidad y la función trascendente que los otros planetas transpersonales tienen en el trabajo de descentralización, o mejor dicho, de trancendescentralización (esto es, llevar el centro de un envase a otro cada vez mas amplio) es un error de base egoica, y de fondo, de naturaleza perceptiva.

Autor no especificado
Personalmente me sigue pareciendo ridículo ese ambiente de bola de cristal, sea que esta bola de cristal se haya convertido en un holograma en 3d de la carta natal o en una pantalla interactiva en la que poder navegar virtualmente dentro de la propia carta, que se respira en una consulta astrológica. Posicionarse como técnico o como sabio ante cualquier persona. Leer y preparar una carta ignorando su proceso en el cuerpo y a través del cuerpo. Creer que uno tiene herramientas para navegar por una carta a la que hay que pedir permiso para dar cada paso, porque tratamos con el mapa vivo del alma de una persona, no con un juguete virtual,  me parece, en superficie, seguir haciendo psicologismo, y en profundidad, una muestra de que aun no se ha comprendido  y experimentado corporalmente el dinamismo y el misterio del ámbito astrológico.

Quizás por eso mi interés en la astrología  es esencialmente corporal, y el tipo de astrología en la que creo y la que practico es una astrología que nunca abandona el cuerpo. En este sentido, resulta, por así decirlo, muy poco moderna, muy poco tecnológica. Y cuando digo cuerpo, hablo literalmente. Para mí,  hacer astrología significa,  básicamente,  experimentar y hacerse diestro en la experiencia corporal, psicológica y energética que se va produciendo en este proceso de trans-descentramiento. Es una experiencia paralela al chamanismo, y por lo tanto,  es una astrología que trabaja con los mismos poderes y arquetipos que se manifiestan en lo chamánico,  y que es, en cierta forma, un tipo de astrochamanismo. Quizás, una forma de complementar la sobrecarga que el aspecto tecnológico de lo uraniano produce en nuestra forma de vida. Pero este es ya otro tema a desarrollar paralelamente y  que tiene muchos matices. 

3 comentarios:

  1. Lo que escribes da para muchas, pero muchas reflexiones.
    En primer lugar, espero con muchísimo interés el desarrollo del astrochamanismo.
    Por otra parte, me parece importante la distinción que haces entre el aspecto tecnológico de Urano, que, como dices, tiene su importancia, y desde luego va a tener un amplio desarrollo en el futuro de la astrología, y el aspecto profundo del planeta. Y es que creo que el salto copernicano de Carutti parte de un gigantesco insight: La constatación de la ingenuidad de una visión egoica de la astrología " para mi", centrada "en mi", que, como dices, trata de poner al plano arquetípico a " mi" servicio (!!!), y el consiguiente, y tambien gigantesco, reordenamiento "virginiano" del campo, colocando a ese ego leonino en algo así como su nicho ecológico, dentro del terreno energéticos holográfico general. Este insight ucraniano, en sentido profundo, se acompaña en Carutti de desarrollos procesuales, esta vez relacionados con los planetas " de la profundidad".
    Todo esto, que estoy segura de que darà para muchas reflexiones en este blog, tiene consecuencias muy importantes, no sólo a nivel de comprensión, sino de encarnación en la vida de quienes buceamos en estas cosas.
    Gracias, Cesar.

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  2. Gracias, Amelia, por la comprensión y el desarrollo. Sobre el astrochamanismo, proximamente. Seguimos.

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  3. Nunca pensé que en un millón de años me encontraría con alguien en línea. ¡Yo si! ¡Yo tengo! Y en mayo - Lo hacemos. Todo gracias a Dr.Obodo.contact (templeofanswer@hotmail.co.uk / (+ 234 (815) 542-5481)

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